domingo, 4 de septiembre de 2011

Trabajo y psicología laboral

En una época signada entre otras cuestiones por una concepción diferente del trabajo, en dónde el alejamiento del Estado de Bienestar provoca un debate a orden mundial, los nuevos empleados son requeridos desde un lugar creativo y participante so pena de quedar condenados a considerárseles dependientes y aún más, cuasi despojados de su subjetividad. Cuando  Rafael Echeverría narró la transición entre la empresa tradicional y moderna dio cuenta del  paso entre el énfasis puesto en la producción con Taylor y luego (1914 poco antes de la muerte de éste) Henry Ford (1863-1947) duplicó los salarios para incentivar a los obreros de entonces. De todas maneras en ambos, el trabajador primero superando la destreza física siguiendo indicaciones de un ingeniero responsable y luego Ford, con la línea de ensamblaje no pudieron resolver la problemática enmarcada en dos guerras: la primera (1914 exigía una producción a pleno por varias razones y el armamento era una de ellas, quizás la más importante), la segunda (1939 permitió a Estados Unidos convertir a “trabajadores no calificados en fundidores  y constructores de barcos de primer nivel. Drucker señala que quien en rigor ganó la guerra fue Taylor)”. (R. Echeverría, 2000). No obstante, a posteriori la situación emocional de los trabajadores incidiría notoriamente en la decisión de abandonar trabajos de tanta exigencia por otros, obviamente esto ocurrió cuando la necesidad económica menos apremiante de algunos se los permitió. Los modelos económicos tayloristas y fordistas no pudieron triunfar en los países socialistas y a modo de reparar y provocar el nacimiento de la seguridad social, surge el Estado de Bienestar. Se produce una suerte de conciliación entre los intereses estatales y los de los trabajadores.
Luego las críticas sobre las subjetividades formadas en este período harán hincapié en sujetos dependientes y sin capacidad de autonomía por habituarse a responder a la organización de un estado que suplantaría simbólicamente la función del padre. A pesar de ello, hoy asistimos a una crisis económica mundial y no son pocas las voces de economistas que hablan de la posible creación de un nuevo Estado de Bienestar (actualizado) para recuperar algo de lo perdido sobre todo en los sectores con población de trabajadores. Z, Bawman en “Modernidad Líquida” dice al respecto: Todas las formas de planificación social han demostrado que producen tanta desdicha como felicidad, si no más. Esto se aplica en igual medida a los dos principales antagonistas –al marxismo, hoy en bancarrota, y al liberalismo económico, actualmente en alza-. (Como en 1992 señalara Peter Drucker, un confeso y decidido defensor del Estado liberal, “el laissez-faire también prometía la ‘salvación por la sociedad’ (…) la búsqueda del beneficio individual produciría, al final, una sociedad perfecta (…) Francois Lyotar, ¿qué tipo de pensamiento puede soslayar Auschwitz dentro de un proceso (…) general hacia la emancipación universal?, sigue sin respuesta, y así permanecerá)” ¿Así permanecerá? Es una pregunta crucial para futuros psicólogos. El mundo laboral nos reclama una pormenorizada información de lo acontecido y por acontecer, sabemos la importancia del contexto en todas las funciones que realicemos. Las organizaciones y sus empleados son nuestro actual desafío, es hora de repensar la historia y comenzar a posicionarnos aunque más no sea desde la conjetura esperanzadora para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Hablamos de inclusión, comprensión, cambio, dinamismo y nos oponemos a la censura estéril de quienes cuestionan sin proponer, ojalá estemos a la altura de la circunstancias, por lo menos lo intentaremos desde nuestra mejores intenciones y tratando en todo momento de fundamentar nuestras concepciones, no, en el sentido arcaico de fundamentalismos absurdos sino en la manera de la justificación con pretensiones de legitimación. Seguiremos exponiendo nuestras ideas para debatir en diálogos fructíferos y alejados de enfrentamientos que sólo oscurecen las buenas razones. Por último y a título de introducción, dejamos la primera hipótesis de trabajo: pensar intervenciones acordes al conflicto de cada organización para el mejoramiento de ella, (por ende de todos sus miembros) y dialécticamente repercutir en la sociedad.
 Esta a no dudarlo, es una primera aproximación, tomamos unos pocos autores, continuaremos.

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