jueves, 15 de septiembre de 2011

comentario sobre un cuento chino¡

El artículo publicado por Mónica y Diego nos pareció apropiado a la materia. La comunicación es un tema central. Recordamos al leerlo, la clase en donde reímos tanto con lo actuado por un alumno para ilustrar la problemática. ¡Bien por atreverse¡ ja¡ ja¡
                                                                                                Adriana y Norberto.

viernes, 9 de septiembre de 2011

Comentario efectuado al blog de Alejandra y Laura

Hola chicas: escribimos el comentario con cita y reflexión personal, también un interrogante en la entrada y una felecitación. Suponemos quedó impreso en el lugar apropiado. Adriana y Norberto.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Trabajo y psicología laboral


 
 

martes 23 de agosto de 2011

EL ESTRÉS LABORAL Y EL INTÉRPRETE DE L.S.A. EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

Si tenemos en cuenta el planteo de lo que representa un enrolamiento enajenante, podemos sin dudas afirmar que el rol del intérprete de lengua de señas, queda expuesto sin lugar a dudas a un estrés que lo pone en situación de un desdoblamiento instrumental (llamamos así a los modos de disociación, en los que el intérprete debe realizar un trabajo sin emitir opinión ninguna, sino sólo transmitir lo dicho por los usuarios, sordo y oyente), que no siempre es capaz de llevar a cabo dado que, su función es pasar la información de los usuarios tanto oyente como sordo y no formular ninguna expresión personal y muchas veces se ve sometido a ese estrés, que dificulta su tarea. Él representaría de un modo alienante al propio ser del discurso, a la propia lengua que comunica, ya sea en lengua signada dirigido a la persona sorda y a la interpretación en lo que llamaremos la inversa, en este caso (el modo de responder del sordo a lo dicho por el oyente al intermediar el intérprete de L.S.A.). Es de fundamental importancia una coordinación de la actividad profesional del intérprete que tenga en cuenta, estas posibles dificultades que se plantean en cuanto al rol, por ejemplo supervisiones de trabajo que no lo suman en estrés al que frecuentemente se los ve sometidos por esa disociación que hace que su rol haga desaparecer por completo a su sí mismo. En una buena formación y preparación de la actividad del intérprete, deberá éste estar advertido de la posibilidad cierta de que su identidad de rol, la que describimos, con anterioridad, vaya en desmedro de la identidad de sí. Dado que en nuestra experiencia podemos afirmar que es frecuente que los intérpretes de L.S.A. queden sometidos al síndrome de Burn-out. Es importante tener en cuenta que un psicólogo organizacional debe excluirse de cualquier situación de ilusión y focalizarse en la realidad del fenómeno del que se trata, de modo que pueda utilizar o implementar las técnicas cognitivo-conductuales más adecuadas para la situación. Sin perjuicio de ello podemos adelantar que existen algunas recomendaciones para el ámbito en el que se va a interpretar como para el propio intérprete de L.S.A. por ejemplo: a) una buena vocalización y claridad de los actores usuarios intervinientes, b) que el intérprete obtenga por lo menos una semana antes, por parte de los docentes, una síntesis del trabajo que expondrán y que deberá ser interpretado, que será útil a la hora del encuentro en el aula y hasta con alguna consulta previa a su lectura a los profesores e indicaciones anteriores al acto de la clase. Esta situación pone al intérprete en una situación más humana y de salud y contención, frente a su ingrato rol. Este artículo, no representa sino un breve inicio del tema que podemos continuar en un siguiente artículo. Continuara … N. D.

sábado 20 de agosto de 2011

Trabajo y psicología laboral

En una época signada entre otras cuestiones por una concepción diferente del trabajo, en dónde el alejamiento del Estado de Bienestar provoca un debate a orden mundial, los nuevos empleados son requeridos desde un lugar creativo y participante so pena de quedar condenados a considerárseles dependientes y aún más, cuasi despojados de su subjetividad. Cuando  Rafael Eheverría narró la transición entre la empresa tradicional y moderna dio cuenta del  paso entre el énfasis puesto en la producción con Taylor y luego (1914 poco antes de la muerte de éste) Henry Ford (1863-1947) duplicó los salarios para incentivar a los obreros de entonces. De todas maneras en ambos, el trabajador primero superando la destreza física siguiendo indicaciones de un ingeniero responsable y luego Ford, con la línea de ensamblaje no pudieron resolver la problemática enmarcada en dos guerras: la primera (1914 exigía una producción a pleno por varias razones y el armamento era una de ellas, quizás la más importante), la segunda (1938 permitió a Estados Unidos convertir a “trabajadores no calificados en fundidores  y constructores de barcos de primer nivel. Drucker señala que quien en rigor ganó la guerra fue Taylor)”. (R. Echeverría, 2000). No obstante, a posteriori la situación emocional de los trabajadores incidiría notoriamente en la decisión de abandonar trabajos de tanta exigencia por otros, obviamente esto ocurrió cuando la necesidad económica menos apremiante de algunos se los permitió. Los modelos económicos tayloristas y fordistas no pudieron triunfar en los países socialistas y a modo de reparar y provocar el nacimiento de la seguridad social, surge el Estado de Bienestar. Se produce una suerte de conciliación entre los intereses estatales y los de los trabajadores.
Luego las críticas sobre las subjetividades formadas en este período harán hincapié en sujetos dependientes y sin capacidad de autonomía por habituarse a responder a la organización de un estado que suplantaría simbólicamente la función del padre. A pesar de ello, hoy asistimos a una crisis económica mundial y no son pocas las voces de economistas que hablan de la posible creación de un nuevo Estado de Bienestar (actualizado) para recuperar algo de lo perdido sobre todo en los sectores con población de trabajadores. Z, Bawman en “Modernidad Líquida” dice al respecto: Todas las formas de planificación social han demostrado que producen tanta desdicha como felicidad, si no más. Esto se aplica en igual medida a los dos principales antagonistas –al marxismo, hoy en bancarrota, y al liberalismo económico, actualmente en alza-. (Como en 1992 señalara Peter Drucker, un confeso y decidido defensor del Estado liberal, “el laissez-faire también prometía la ‘salvación por la sociedad’ (…) la búsqueda del beneficio individual produciría, al final, una sociedad perfecta (…) Francois Lyotar, ¿qué tipo de pensamiento puede soslayar Auschwitz dentro de un proceso (…) general hacia la emancipación universal?, sigue sin respuesta, y así permanecerá)” ¿Así permanecerá? Es una pregunta crucial para futuros psicólogos. El mundo laboral nos reclama una pormenorizada información de lo acontecido y por acontecer, sabemos la importancia del contexto en todas las funciones que realicemos. Las organizaciones y sus empleados son nuestro actual desafío, es hora de repensar la historia y comenzar a posicionarnos aunque más no sea dese la conjetura esperanzadora para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Hablamos de inclusión, comprensión, cambio, dinamismo y nos oponemos a la censura estéril de quienes cuestionan sin proponer, ojalá estemos a la altura de la circunstancias, por lo menos lo intentaremos desde nuestra mejores intenciones y tratando en todo momento de fundamentar nuestras concepciones, no, en el sentido arcaico de fundamentalismos absurdos sino en la manera de la justificación con pretensiones de legitimación. Seguiremos exponiendo nuestras ideas para debatir en diálogos fructíferos y alejados de enfrentamientos que sólo oscurecen las buenas razones. Por último y a título de introducción, dejamos la primera hipótesis de trabajo: pensar intervenciones acordes al conflicto de cada organización para el mejoramiento de ella, por ende todos sus miembros y dialécticamente repercutir en la sociedad. Esta a no dudarlo, es una primera aproximación, tomamos unos pocos autores, continuaremos.

martes 23 de agosto de 2011


EL ESTRÉS LABORAL Y EL INTÉRPRETE DE L.S.A. EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

Si tenemos en cuenta el planteo de lo que representa un enrolamiento enajenante, podemos sin dudas afirmar que el rol del intérprete de lengua de señas, queda expuesto sin lugar a dudas a un estrés que lo pone en situación de un desdoblamiento instrumental (llamamos así a los modos de disociación, en los que el intérprete debe realizar un trabajo sin emitir opinión ninguna, sino sólo transmitir lo dicho por los usuarios, sordo y oyente), que no siempre es capaz de llevar a cabo dado que, su función es pasar la información de los usuarios tanto oyente como sordo y no formular ninguna expresión personal y muchas veces se ve sometido a ese estrés, que dificulta su tarea. Él representaría de un modo alienante al propio ser del discurso, a la propia lengua que comunica, ya sea en lengua signada dirigido a la persona sorda y a la interpretación en lo que llamaremos la inversa, en este caso (el modo de responder del sordo a lo dicho por el oyente al intermediar el intérprete de L.S.A.). Es de fundamental importancia una coordinación de la actividad profesional del intérprete que tenga en cuenta, estas posibles dificultades que se plantean en cuanto al rol, por ejemplo supervisiones de trabajo que no lo suman en estrés al que frecuentemente se los ve sometidos por esa disociación que hace que su rol haga desaparecer por completo a su sí mismo. En una buena formación y preparación de la actividad del intérprete, deberá éste estar advertido de la posibilidad cierta de que su identidad de rol, la que describimos, con anterioridad, vaya en desmedro de la identidad de sí. Dado que en nuestra experiencia podemos afirmar que es frecuente que los intérpretes de L.S.A. queden sometidos al síndrome de Burn-out. Es importante tener en cuenta que un psicólogo organizacional debe excluirse de cualquier situación de ilusión y focalizarse en la realidad del fenómeno del que se trata, de modo que pueda utilizar o implementar las técnicas cognitivo-conductuales más adecuadas para la situación. Sin perjuicio de ello podemos adelantar que existen algunas recomendaciones para el ámbito en el que se va a interpretar como para el propio intérprete de L.S.A. por ejemplo: a) una buena vocalización y claridad de los actores usuarios intervinientes, b) que el intérprete obtenga por lo menos una semana antes, por parte de los docentes, una síntesis del trabajo que expondrán y que deberá ser interpretado, que será útil a la hora del encuentro en el aula y hasta con alguna consulta previa a su lectura a los profesores e indicaciones anteriores al acto de la clase. Esta situación pone al intérprete en una situación más humana y de salud y contención, frente a su ingrato rol. Este artículo, no representa sino un breve inicio del tema que podemos continuar en un siguiente artículo. Continuara … N. D.

sábado 20 de agosto de 2011


Trabajo y psicología laboral

En una época signada entre otras cuestiones por una concepción diferente del trabajo, en dónde el alejamiento del Estado de Bienestar provoca un debate a orden mundial, los nuevos empleados son requeridos desde un lugar creativo y participante so pena de quedar condenados a considerárseles dependientes y aún más, cuasi despojados de su subjetividad. Cuando  Rafael Eheverría narró la transición entre la empresa tradicional y moderna dio cuenta del  paso entre el énfasis puesto en la producción con Taylor y luego (1914 poco antes de la muerte de éste) Henry Ford (1863-1947) duplicó los salarios para incentivar a los obreros de entonces. De todas maneras en ambos, el trabajador primero superando la destreza física siguiendo indicaciones de un ingeniero responsable y luego Ford, con la línea de ensamblaje no pudieron resolver la problemática enmarcada en dos guerras: la primera (1914 exigía una producción a pleno por varias razones y el armamento era una de ellas, quizás la más importante), la segunda (1938 permitió a Estados Unidos convertir a “trabajadores no calificados en fundidores  y constructores de barcos de primer nivel. Drucker señala que quien en rigor ganó la guerra fue Taylor)”. (R. Echeverría, 2000). No obstante, a posteriori la situación emocional de los trabajadores incidiría notoriamente en la decisión de abandonar trabajos de tanta exigencia por otros, obviamente esto ocurrió cuando la necesidad económica menos apremiante de algunos se los permitió. Los modelos económicos tayloristas y fordistas no pudieron triunfar en los países socialistas y a modo de reparar y provocar el nacimiento de la seguridad social, surge el Estado de Bienestar. Se produce una suerte de conciliación entre los intereses estatales y los de los trabajadores.
Luego las críticas sobre las subjetividades formadas en este período harán hincapié en sujetos dependientes y sin capacidad de autonomía por habituarse a responder a la organización de un estado que suplantaría simbólicamente la función del padre. A pesar de ello, hoy asistimos a una crisis económica mundial y no son pocas las voces de economistas que hablan de la posible creación de un nuevo Estado de Bienestar (actualizado) para recuperar algo de lo perdido sobre todo en los sectores con población de trabajadores. Z, Bawman en “Modernidad Líquida” dice al respecto: Todas las formas de planificación social han demostrado que producen tanta desdicha como felicidad, si no más. Esto se aplica en igual medida a los dos principales antagonistas –al marxismo, hoy en bancarrota, y al liberalismo económico, actualmente en alza-. (Como en 1992 señalara Peter Drucker, un confeso y decidido defensor del Estado liberal, “el laissez-faire también prometía la ‘salvación por la sociedad’ (…) la búsqueda del beneficio individual produciría, al final, una sociedad perfecta (…) Francois Lyotar, ¿qué tipo de pensamiento puede soslayar Auschwitz dentro de un proceso (…) general hacia la emancipación universal?, sigue sin respuesta, y así permanecerá)” ¿Así permanecerá? Es una pregunta crucial para futuros psicólogos. El mundo laboral nos reclama una pormenorizada información de lo acontecido y por acontecer, sabemos la importancia del contexto en todas las funciones que realicemos. Las organizaciones y sus empleados son nuestro actual desafío, es hora de repensar la historia y comenzar a posicionarnos aunque más no sea dese la conjetura esperanzadora para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Hablamos de inclusión, comprensión, cambio, dinamismo y nos oponemos a la censura estéril de quienes cuestionan sin proponer, ojalá estemos a la altura de la circunstancias, por lo menos lo intentaremos desde nuestra mejores intenciones y tratando en todo momento de fundamentar nuestras concepciones, no, en el sentido arcaico de fundamentalismos absurdos sino en la manera de la justificación con pretensiones de legitimación. Seguiremos exponiendo nuestras ideas para debatir en diálogos fructíferos y alejados de enfrentamientos que sólo oscurecen las buenas razones. Por último y a título de introducción, dejamos la primera hipótesis de trabajo: pensar intervenciones acordes al conflicto de cada organización para el mejoramiento de ella, por ende todos sus miembros y dialécticamente repercutir en la sociedad. Esta a no dudarlo, es una primera aproximación, tomamos unos pocos autores, continuaremos.

martes 23 de agosto de 2011


EL ESTRÉS LABORAL Y EL INTÉRPRETE DE L.S.A. EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA

Si tenemos en cuenta el planteo de lo que representa un enrolamiento enajenante, podemos sin dudas afirmar que el rol del intérprete de lengua de señas, queda expuesto sin lugar a dudas a un estrés que lo pone en situación de un desdoblamiento instrumental (llamamos así a los modos de disociación, en los que el intérprete debe realizar un trabajo sin emitir opinión ninguna, sino sólo transmitir lo dicho por los usuarios, sordo y oyente), que no siempre es capaz de llevar a cabo dado que, su función es pasar la información de los usuarios tanto oyente como sordo y no formular ninguna expresión personal y muchas veces se ve sometido a ese estrés, que dificulta su tarea. Él representaría de un modo alienante al propio ser del discurso, a la propia lengua que comunica, ya sea en lengua signada dirigido a la persona sorda y a la interpretación en lo que llamaremos la inversa, en este caso (el modo de responder del sordo a lo dicho por el oyente al intermediar el intérprete de L.S.A.). Es de fundamental importancia una coordinación de la actividad profesional del intérprete que tenga en cuenta, estas posibles dificultades que se plantean en cuanto al rol, por ejemplo supervisiones de trabajo que no lo suman en estrés al que frecuentemente se los ve sometidos por esa disociación que hace que su rol haga desaparecer por completo a su sí mismo. En una buena formación y preparación de la actividad del intérprete, deberá éste estar advertido de la posibilidad cierta de que su identidad de rol, la que describimos, con anterioridad, vaya en desmedro de la identidad de sí. Dado que en nuestra experiencia podemos afirmar que es frecuente que los intérpretes de L.S.A. queden sometidos al síndrome de Burn-out. Es importante tener en cuenta que un psicólogo organizacional debe excluirse de cualquier situación de ilusión y focalizarse en la realidad del fenómeno del que se trata, de modo que pueda utilizar o implementar las técnicas cognitivo-conductuales más adecuadas para la situación. Sin perjuicio de ello podemos adelantar que existen algunas recomendaciones para el ámbito en el que se va a interpretar como para el propio intérprete de L.S.A. por ejemplo: a) una buena vocalización y claridad de los actores usuarios intervinientes, b) que el intérprete obtenga por lo menos una semana antes, por parte de los docentes, una síntesis del trabajo que expondrán y que deberá ser interpretado, que será útil a la hora del encuentro en el aula y hasta con alguna consulta previa a su lectura a los profesores e indicaciones anteriores al acto de la clase. Esta situación pone al intérprete en una situación más humana y de salud y contención, frente a su ingrato rol. Este artículo, no representa sino un breve inicio del tema que podemos continuar en un siguiente artículo. Continuara … N. D.

sábado 20 de agosto de 2011


Trabajo y psicología laboral

En una época signada entre otras cuestiones por una concepción diferente del trabajo, en dónde el alejamiento del Estado de Bienestar provoca un debate a orden mundial, los nuevos empleados son requeridos desde un lugar creativo y participante so pena de quedar condenados a considerárseles dependientes y aún más, cuasi despojados de su subjetividad. Cuando  Rafael Eheverría narró la transición entre la empresa tradicional y moderna dio cuenta del  paso entre el énfasis puesto en la producción con Taylor y luego (1914 poco antes de la muerte de éste) Henry Ford (1863-1947) duplicó los salarios para incentivar a los obreros de entonces. De todas maneras en ambos, el trabajador primero superando la destreza física siguiendo indicaciones de un ingeniero responsable y luego Ford, con la línea de ensamblaje no pudieron resolver la problemática enmarcada en dos guerras: la primera (1914 exigía una producción a pleno por varias razones y el armamento era una de ellas, quizás la más importante), la segunda (1938 permitió a Estados Unidos convertir a “trabajadores no calificados en fundidores  y constructores de barcos de primer nivel. Drucker señala que quien en rigor ganó la guerra fue Taylor)”. (R. Echeverría, 2000). No obstante, a posteriori la situación emocional de los trabajadores incidiría notoriamente en la decisión de abandonar trabajos de tanta exigencia por otros, obviamente esto ocurrió cuando la necesidad económica menos apremiante de algunos se los permitió. Los modelos económicos tayloristas y fordistas no pudieron triunfar en los países socialistas y a modo de reparar y provocar el nacimiento de la seguridad social, surge el Estado de Bienestar. Se produce una suerte de conciliación entre los intereses estatales y los de los trabajadores.
Luego las críticas sobre las subjetividades formadas en este período harán hincapié en sujetos dependientes y sin capacidad de autonomía por habituarse a responder a la organización de un estado que suplantaría simbólicamente la función del padre. A pesar de ello, hoy asistimos a una crisis económica mundial y no son pocas las voces de economistas que hablan de la posible creación de un nuevo Estado de Bienestar (actualizado) para recuperar algo de lo perdido sobre todo en los sectores con población de trabajadores. Z, Bawman en “Modernidad Líquida” dice al respecto: Todas las formas de planificación social han demostrado que producen tanta desdicha como felicidad, si no más. Esto se aplica en igual medida a los dos principales antagonistas –al marxismo, hoy en bancarrota, y al liberalismo económico, actualmente en alza-. (Como en 1992 señalara Peter Drucker, un confeso y decidido defensor del Estado liberal, “el laissez-faire también prometía la ‘salvación por la sociedad’ (…) la búsqueda del beneficio individual produciría, al final, una sociedad perfecta (…) Francois Lyotar, ¿qué tipo de pensamiento puede soslayar Auschwitz dentro de un proceso (…) general hacia la emancipación universal?, sigue sin respuesta, y así permanecerá)” ¿Así permanecerá? Es una pregunta crucial para futuros psicólogos. El mundo laboral nos reclama una pormenorizada información de lo acontecido y por acontecer, sabemos la importancia del contexto en todas las funciones que realicemos. Las organizaciones y sus empleados son nuestro actual desafío, es hora de repensar la historia y comenzar a posicionarnos aunque más no sea dese la conjetura esperanzadora para mejorar la calidad de vida de nuestra gente. Hablamos de inclusión, comprensión, cambio, dinamismo y nos oponemos a la censura estéril de quienes cuestionan sin proponer, ojalá estemos a la altura de la circunstancias, por lo menos lo intentaremos desde nuestra mejores intenciones y tratando en todo momento de fundamentar nuestras concepciones, no, en el sentido arcaico de fundamentalismos absurdos sino en la manera de la justificación con pretensiones de legitimación. Seguiremos exponiendo nuestras ideas para debatir en diálogos fructíferos y alejados de enfrentamientos que sólo oscurecen las buenas razones. Por último y a título de introducción, dejamos la primera hipótesis de trabajo: pensar intervenciones acordes al conflicto de cada organización para el mejoramiento de ella, por ende todos sus miembros y dialécticamente repercutir en la sociedad. Esta a no dudarlo, es una primera aproximación, tomamos unos pocos autores, continuaremos.

El estrés laboral

EL ESTRÉS LABORAL Y EL INTÉRPRETE DE L.S.A. EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA
            Si tenemos en cuenta el planteo de lo que representa un enrolamiento enajenante, podemos sin dudas afirmar que el rol del intérprete de lengua de señas, queda expuesto sin lugar a dudas a un estrés que lo pone en situación de un desdoblamiento instrumental (llamamos así a los modos de disociación, en los que el intérprete debe realizar un trabajo sin emitir opinión ninguna, sino sólo transmitir lo dicho por los usuarios, sordo y oyente),  que no siempre es capaz de llevar a cabo dado que, su función es pasar la información de los usuarios tanto oyente como sordo y no formular ninguna expresión personal y muchas veces se ve sometido a ese estrés, que dificulta su tarea. Él representaría de un modo alienante al propio ser del discurso, a la propia lengua que comunica, ya sea en lengua signada dirigido a la persona sorda y a la interpretación en lo que llamaremos la inversa, en este caso (el modo de responder del sordo a lo dicho por el oyente al intermediar el intérprete de L.S.A.). Es de fundamental importancia una coordinación de la actividad profesional del intérprete que tenga en cuenta, estas posibles dificultades que se plantean en cuanto al rol, por ejemplo supervisiones de trabajo que no lo suman en estrés al que frecuentemente se los ve sometidos por esa disociación que hace que su rol haga desaparecer por completo a su sí mismo. En una buena formación y preparación de la actividad del intérprete, deberá éste estar advertido de la posibilidad cierta de que su identidad de rol, la que describimos, con anterioridad, vaya en desmedro de la identidad de sí. Dado que en nuestra experiencia podemos afirmar que es frecuente que los intérpretes de L.S.A. queden sometidos al síndrome de Burn-out. Es importante tener en cuenta que un psicólogo organizacional debe excluirse de cualquier situación de ilusión y focalizarse en la realidad del fenómeno del que se trata, de modo que pueda utilizar o implementar las técnicas cognitivo-conductuales más adecuadas para la situación. Sin perjuicio de ello podemos adelantar que existen algunas recomendaciones para el ámbito en el que se va a interpretar como para el propio intérprete de L.S.A. por ejemplo: a) una buena vocalización y claridad de los actores usuarios intervinientes, b) que el intérprete obtenga por lo menos una semana antes, por parte de los docentes, una síntesis del trabajo que expondrán y que deberá ser interpretado, que será útil a la hora del encuentro en el aula y hasta con alguna consulta previa a su lectura a los profesores e indicaciones anteriores al acto de la clase. Esta situación pone al intérprete en una situación más humana y de salud y contención, frente a su ingrato rol. Este artículo, no representa sino un breve inicio del tema que podemos continuar en un siguiente artículo. Continuara …           


martes, 6 de septiembre de 2011

LIBRO: ALGO ANDA MAL

Por Óscar Collazos | 20 de Agosto, 2011
Cinco muertos y 3.000 heridos fue el primer balance de los violentos desórdenes vividos hace dos semanas en Londres y otras ciudades del Reino Unido. Más de 1.300 detenidos. Según El País de Madrid, 16.000 agentes vigilaban Londres en la noche del martes 9 de agosto, mientras el miedo se apoderaba de la población. Un miedo sin nada que ver con el miedo al terrorismo.
Ante la violencia de los disturbios, el primer ministro, David Cameron, habló de “un problema moral”. Su diagnóstico, sin embargo, no explica la arremetida de los jóvenes, muchos de ellos menores de edad, contra todo aquello que pudiera ser destruido. Si hay algo que lo explique es el malestar.
Esos jóvenes no están bien. Hacen parte de una población que vive en “las nuevas bolsas de pobreza de la economía”. Están tan mal, que no eligen ni siquiera un objetivo calificado o estratégico para la violencia: arremeten contra todo. Por ejemplo, contra un voluntarioso jubilado de 68 años que trataba de apagar el fuego de uno de los tantos incendios provocados en Londres y otras ciudades del Reino Unido.
Las explicaciones abstractas de los gobernantes (las de Cameron, sin ir más lejos) me recuerdan la que, en mayo de 1968, ante una revuelta de marcado signo político y poético (la ilusión lítica de cambiar el mundo), dio el ministro de Cultura del general De Gaulle. Malraux habló entonces de “crisis de civilización”. La expresión retórica, explicable en un retórico deslumbrante como Malraux, tampoco explicaba nada, pues esa “crisis” sería reemplazada en la década siguiente por el apogeo y esplendor del mercado que, a su vez, asistió el parto de la más reciente crisis.
Las revueltas de entonces las protagonizaron jóvenes beneficiarios de la “sociedad de consumo”, detractores de comunismo y capitalismo. Los disturbios de ahora lo protagonizan las víctimas de un modelo de sociedad y economía que no alcanzó para el consumo de todos y, en cambio, impone la obscenidad de la riqueza como una afrenta para los excluidos.
Algo anda mal, el libro dictado por Tony Judt antes de morir de una enfermedad degenerativa, ofrece algunas explicaciones de carácter social y económico: el hundimiento del Estado del bienestar dejó en su caída más desamparados y excluidos de lo que puedan dar cuenta las estadísticas.
Hace más de dos décadas, el primer mundo engendró y alimentó su propio tercer mundo. A diferencia de las revueltas de inmigrantes y de hijos de inmigrantes asiáticos y africanos producidas hace unos años en París y Londres, las de ahora no son revueltas sociales sino expresiones instintivas sin razón de ser colectiva.
Las acciones delictivas de ahora son protagonizadas por jóvenes que, en muchos casos, ni siquiera son delincuentes juveniles. Por supuesto que los había, pero el ímpetu destructivo y el pillaje no daban a entender que se trataba de algo planeado contra la propiedad o “el orden establecido”.
El primer error fue pensar que se trataba de un coletazo de los “indignados”. Cameron encontró otra explicación: “Nos enfrentamos a algo completamente nuevo, pero que es un problema persistente”. ¿Completamente nuevo? No creo. “Persistente”, sí. Es algo que lleva años gestándose, un malestar destructivo que no se resuelve con una nueva reforma moral.
No estamos hablando de centenares sino de dos, tres, cuatro mil jóvenes. Tal vez más. ¿Dónde viven? Judt hablaba de “unos planificadores presuntuosos e insensibles (que) saturaron ciudades y suburbios de casas feas e invivibles”. ¿Crecieron allí? Es más posible que hayan crecido en las calles y con el rabioso malestar de no pertenecer a nada: país, sociedad o familia.

Óscar Collazos 

Comentarios (1)

congorocho
22 de Agosto, 2011
“Nos enfrentamos a algo completamente nuevo, pero que es un problema persistente”.
Exijo una explicación

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lunes, 5 de septiembre de 2011

comentario de Adriana de Norberto

Felicitamos a Claudia y Soledad por la estética del blog, el libro recomendado y el tema de estrés visto en la asignatura. ¡Nos encantó¡

PRESENTACIÓN

PASEN POR FAVOR
Este blog está creado por Norberto y Adriana a solicitud de la cátedra Organizacional y Empresarial 2 para poder comunicarnos sobre la materia en general. Sobre todo articulando la bibliografía que nos fue asignada. Nos han brindado un espacio para confeccionar artículos con un giro propio, comentarios sobre otros creados por compañeros y recomendar libros, películas y noticias publicadas por nosotros u otros. Nuestra Universidad es Maimónides, nosotros somos estudiantes de psicología y si bien en líneas generales la universidad es de orientación sistémica existe suficiente pluralismo como para dejar fluir a todas las corrientes psicológicas. Bueno mucho más no tenemos para contarles, anticipamos algo: nuestro blog será como una organización, dinámico y abierto.

extracto

LA ORGANIZACIÓN TIENE UNA VISIÓN: producir materia prima para medicamentos del sistema nervioso y otros ¿podrá? El ejemplo de la India ilustra en parte las dificultades. No ocurre lo mismo, con la posibilidad de beneficiar económicamente a los trabajadores ¿quedarán como socios encerrados en una celda en común Según  Bawman en Modernidad Líquida Cap 4?

domingo, 4 de septiembre de 2011

Apuesta productiva

Laboratorios Richmond invirtió 14 millones de dólares
Por Graciela Moreno
Abrió una nueva planta en Pilar que duplicará sus capacidad. Su presidente, Marcelo Figueiras, busca exportar el 50 por ciento de sus productos.
La industria farmacéutica es un sector estratégico que no deja de crecer. En la Argentina existen 230 laboratorios, de los cuales el 53 por ciento es también local. Ante este panorama, Laboratorios Richmond, una empresa con 75 años de historia, dedicada a la investigación y desarrollo de medicamentos de HIV-sida, oncología y enfermedades neurodegenerativas, decidió invertir 14 millones de dólares y concentrar sus operaciones en una nueva planta ubicada en Pilar. En una charla con Veintitrés, Marcelo Figueiras, presidente del laboratorio y recordado por ser uno de los accionistas del diario Crítica que pidió su quiebra hace un año, cuenta sus planes futuros y analiza lo ocurrido.
Una radiografía actual de Laboratorios Richmond muestra que cuentan con 239 empleados y hoy producen desde una planta propia y a través de tres plantas de terceros. Fabrican 50 millones de comprimidos al año, de lo cual se exporta el 10 por ciento a países de Sudamérica y recientemente a nuevos mercados como Jordania y Túnez. Justamente, la apertura de nuevos mercados es lo que llevó a Figueiras a construir una nueva planta en un predio de seis hectáreas con 5.600 metros cuadrados cubiertos. La inversión de 14 millones de dólares proviene en parte de la reinversión de utilidades y de préstamo pedidos a los bancos BICE, Provincia y Nación Leasing.
Los planes a futuro son ambiciosos. Figueiras explica: “Con la nueva planta podemos producir 100  millones de comprimidos al año, pero antes de duplicar la producción, necesitamos ganar nuevos mercados. Incorporaremos 200 trabajadores más, entre directos e indirectos. En los próximos cinco años, queremos exportar el 50 por ciento de nuestra producción a mercados de Europa y de Estados Unidos”, explica, desde su oficina ubicada a metros del Obelisco. Mientras desde sus amplios ventanales, que dan a Carlos Pellegrini, flamea una bandera de River que cuelga desde el tercer piso. En el 2010, fecha de cierre del diario del cual era accionista, su empresa facturó 120 millones de pesos. Y para este año espera cerrar con una facturación anual de 180 millones de pesos, una cifra interesante que representa un 50 por ciento más que lo obtenido el año anterior.
Desde la nueva planta producirán medicamentos para el tratamiento del HIV y enfermedades neurodegenerativas, como Alzheirmer o Parkinson. Si bien no importan medicamentos, sólo materias primas, el plan incluye la idea de sustituir importaciones. Aunque Figueiras dice que no será tan fácil: “En la India, una empresa de nuestro sector con 2.000 empleados gasta 40.000 dólares mensuales en sueldos (a razón de 20 dólares por mes, cada sueldo), es muy difícil competir contra esos mercados. No se puede ni comparar la presión sindical”, señala el presidente de Laboratorios Richmond.
Sin embargo, cuando se le pregunta qué piensa en relación con el reparto de ganancias que se está comenzando a discutir en algunos ámbitos, plantea: “No creo que repartir el 10 por ciento de las ganancias de una empresa entre los trabajadores afecte los derechos de propiedad ni ninguna otra cosa. Es necesario desarrollar la participación de la gente en la empresa y concientizar a los empresarios de la responsabilidad social empresaria. No sólo hay que ganar dinero, sino ver de qué manera se beneficia a la comunidad”, explica Figueiras.
Teniendo en cuenta que hoy se muestra a favor del reparto de ganancias, la consulta obligada es cuándo piensa implementarlo en su empresa, a lo que Figueiras responde: “Estamos analizando la posibilidad de adelantarnos a la ley y repartir entre nuestros empleados el 10 por ciento de las ganancias de Laboratorios Richmond, pero no tenemos fecha aún”.
En principio, lo único seguro es que invertirá 7 millones de dólares más, en los próximos cuatro años, para desarrollar el segmento de sólidos orales. “Cuando terminemos nuestro segundo plan de inversión, la planta estará lista para producir l.000 millones de unidades de comprimidos al año, o sea que aumentaremos diez veces nuestra capacidad productiva”, señala. Tanto el segmento de HIV como el de oncología aumentaron sus ventas un 30 por ciento y los medicamentos relacionados con el sistema nervioso central duplicaron sus ventas. En la actualidad, el 60 por ciento de la facturación de Richmond proviene de medicamentos para HIV, el 35 por ciento de oncología y el 5 restante del sistema nervioso central. Para Marcelo Figueiras corren nuevos aires, en la inauguración de su planta nueva no faltaron la Presidenta ni el gobernador de Buenos Aires, hasta hubo varios ministros en primera fila. Sin duda, sus planes de crecimiento parecen ser ambiciosos.
Revista Veintitres